7.02.2010

INDIE


¡La frase musical era perfecta! Sólo tenía que lograr que Jim dejara de pensar en putas y llegara medianamente sobrio para que terminara su improvisación justo antes de caer desplomado por ese esfuerzo que lo sacaría de su nihilista órbita, así yo podría partir dos notas más altas y -después de demostrar mis nuevos conocimientos armónicos- lanzarme de lleno a la bendita frase con la que me obsesionaba cada noche y que no me permitía dormir si no era con una fuerte dosis de somníferos. Los insomnes sabemos que sólo cuando se calla la calle llena de banales humanos que odiamos por igual, se puede alcanzar el detalle que de día escapa a nuestras posibilidades como lágrima desde el lagrimal de un ciego. En mi vieja libreta de bolsillo que siempre cargo escribo algo que me llega desde el recuerdo: “Entre mis sábanas habita tu aroma // como el amanecer habita cada día. // En mi respirar saboreo el beso // que te arrebaté una noche de fatal despedida”.


Hace frío. Mientras espero frente al club, observo a un perro que camina a saltos pues tiene una de sus patas traseras rota, y aún así, enfrenta a otro canino habitante de esquinas olvidadas que planea arrebatar su porción de restos y despojos que constituyen su diario sobrevivir. Esta imagen me hace recordar a aquellos "ejecutivos" vendedores de seguros que abordan a su presa en cualquier lugar y a la ramera que espera que Jim vuelva con dinero en busca de sexo y compañía. Vuelvo a pensar en la maldita frase, en que quizás deba hacer un último cambio: dejar sólo una nota más alta al comenzar. Creo que hoy será otro día más de espera fallida, que ni Jim ni el resto de la banda aparecerá. Ya varias jornadas que sucede lo mismo. Comienza a llover y me encamino de vuelta pensando en lo que nos dijo durante la jam session, la última vez que lo ví a él y a los demás: “Del aire al aire, un espacio de luz te inspirará. ¡Búscalo en ti! Ahora, no mañana”.